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Libro "Drogas Inteligentes"

A continuación, una serie de cuestiones que me fueron enviadas, por correo electrónico, por una joven que se presentó como perteneciente al equipo del periódico "El Rotativo", de la Universidad San Pablo-CEU. Puesto que, tras enviarle las respuestas, no volví a saber nada de ella, ni vi que las hubieran incluido en su periódico -probablemente porque mis opiniones no son del gusto de una universidad confesional- las ofrezco aquí a los lectores. Todas ellas giran en torno al tema de las drogas inteligentes y el control antidopaje en las competiciones de ajedrez.
 

*¿Cuál cree que fue el ambiente que se vivió entre los jugadores en la Olimpiada de Bled, al verse obligados a someterse a pruebas anti-dopaje?

El ambiente entre los ajedrecistas, cuando se les obliga a someterse a un control antidopaje, es siempre de incredulidad, que en unas ocasiones se combina con la indignación y en otras con la voluntad de tomárselo a broma y reírse de una situación que les parece ridícula.   
   
 

*¿Qué opinión le merece el escrito enviado por los GMs al presidente del FIDE?

Ese escrito menciona muchos temas distintos, aunque ciertamente todos en torno al control antidopaje. Por eso no puedo dar una opinión global, sino punto por punto.

Primero, respecto al tema del derecho de un ajedrecista a tomar alcohol, café, estimulantes o cualquier otra sustancia, creo que debe aplicarse lo mismo que para la población en general: que nadie debería controlar lo que una persona, en pleno uso de sus facultades y siguiendo sus propios criterios, desea tomar o no tomar, siempre que no perjudique a otro. Esto nos llevaría al debate sobre la despenalización del consumo de drogas, sobre el que reconozco no ser un experto y en el que contamos con importantes autores, como Antonio Escohotado (“Historia General de las Drogas” y “Aprendiendo de las drogas”, entre otras obras), Juan Carlos Usó (en http://www.mundoantiprohibicionista.net hay bastante material suyo), etc. Personalmente, he escrito algo sobre esto en la Red, sin grandes pretensiones, pero con un tono polémico (http://www.drogasinteligentes.com/campan.html).

Segundo, para bien o para mal, la Federación Internacional de Ajedrez y sus federaciones asociadas, la española entre ellas, desea la inclusión de esta disciplina en los Juegos Olímpicos, para lo cual los controles antidopaje son un requisito indispensable, sin que parezca importar que el deporte sea de carácter físico o intelectual. De esta forma, los ajedrecistas son tratados como cualquier otro deportista, y el someterse a este tipo de pruebas antidroga entra dentro de sus obligaciones. Por eso, desde esta perspectiva, las protestas de los jugadores no tienen ningún fundamento. Alegar que no conocen bien ciertos detalles, como por ejemplo la cantidad de cafeína que daría positivo, tampoco es relevante porque, como deportistas que participan en competiciones oficiales, deben conocer sus obligaciones, el reglamento y todos sus detalles. Es decir, deben cumplir las reglas del juego si quieren participar en él.

En tercer lugar, los autores del escrito cometen un claro error al afirmar que “in the case of chess there has never been proof of any substance improving performance”, ya que hay muchas drogas, suplementos nutricionales, vitaminas, nootrópicos y drogas inteligentes en general que mejoran uno o varios aspectos de los procesos cognitivos implicados en el juego del ajedrez. Es posible que la base de esta afirmación, tan rotunda como falsa, sea la tan extendida falta de información sobre este tipo de productos y la tan común creencia en un intelecto que reside en una mente de carácter inmaterial, sin relación o por encima de los procesos neuroquímicos cerebrales, los cuales son, sin duda, susceptibles de modificarse por medio de ciertas sustancias, de síntesis o naturales.

Por último, tal como se menciona en el escrito de los grandes maestros a la FIDE, es cierto que las regulaciones de la WADA (Agencia Mundial Antidopaje) han cambiado respecto de la reglamentación de 1999, en la cual se basa la Federación Internacional de Ajedrez, por lo que los criterios del control deberían actualizarse y amoldarse a cada deporte en particular; al ajedrez en nuestro caso. En este sentido, las protestas de los jugadores tienen su razón de ser.

   

*¿Considera ssted que el establecimiento de controles antidopaje es un mero trámite para conseguir la inclusión del ajedrez como deporte olímpico?

Sí. No creo que exista ningún otro motivo. Sería ridículo pensar que la FIDE desea molestar a quienes participan en sus competiciones, ya que los controles sólo implican gastos extra y descontentos, como hemos visto.

 

*En sus artículos afirma que no considera que el ajedrez vaya a ser incluido a medio o corto plazo, al margen del tema del doping, ¿de qué cree usted que depende esta inclusión?

Supongo que la Federación Internacional, dirigida por un personaje tan pragmático como es su presidente, Kirsán Ilyumzhinov, desea el reconocimiento olímpico. En el mismo sentido, últimamente ha tomado medidas para popularizar el ajedrez, para acercarlo al gran público y a los mass media, incluso con la oposición de los mismos jugadores, como por ejemplo reducir el control de tiempo por partida, obligando a un ritmo de juego más rápido. Por ello, creo que no cejarán en su empeño y que seguirán practicando los tests antidroga. Sólo abandonarán este tipo de prácticas si ven inviable el reconocimiento olímpico. 

 

*Según lo leído, el hecho de creer que ninguna sustancia pueda mejorar las capacidades intelectuales es una idea basada en prejuicios. ¿Qué tipo de suplementos podrían modificar los procesos cognitivos de un ajedrecista? Es decir, ¿qué tipo de sustancias podrían mejorar la actividad intelectual de un profesional?

Sí, es una creencia errónea basada en prejuicios de origen religioso-filosófico muy presentes en nuestra cultura, levantada sobre las bases del cristianismo-platonismo y del cartesianismo. Es un asunto que necesitaría de largas explicaciones históricas y filosóficas, pero podemos resumirlo diciendo que consiste en afirmar la separación (dualismo) cuerpo/alma, materia/espíritu, cerebro/mente, y la primacía de lo espiritual sobre lo material. Estas creencias están en la raíz de muchas ideas del sentido común popular, de las religiones, e incluso de la ciencia, y es lo que lleva a pensar que una mente –puro intelecto que se eleva por encima de la materia- no puede ser afectada por algo tan grosero como un producto químico.

Evidentemente, uno puede tener las creencias que desee –o las que pueda a partir de su entorno, formación y educación-, pero esa idea de la que hablamos es un claro error, basándonos en los conocimientos actuales sobre neurociencias, y basta un poco de información sin prejuicios para darse cuenta de ello.

Esas sustancias que pueden mejorar la actividad intelectual de un ajedrecista y de cualquier persona que utilice su intelecto, son muy diversas. Suelo dividirlas, a efectos de comodidad -aunque la clasificación resulte a veces artificial y forzada- en:
1. Nutrientes y plantas. Por ejemplo: ginkgo biloba y colina.
2. Vitaminas y minerales, como la vitamina E.
3. Aminoácidos: acetil-L-carnitina, L-tirosina, etc.
4. Sustancias de síntesis y más potentes: deanol, citicolina, piracetam, etc.
 

[Nota: debo advertir que utilizo el término “prejuicio” en un sentido etimológico y filosófico, no necesariamente peyorativo: “Un prejuicio es, etimológicamente, un juicio-previo. En general se han considerado los prejuicios de manera peyorativa, entendiéndolos como creencias no fundamentadas o como actitudes no razonadas, basadas en conjeturas y sin tener un conocimiento completo de lo juzgado, que pueden derivar en antipatía o simpatía sin auténtico fundamento hacia personas, razas, o ideas.” (Diccionario de filosofía en CD-ROM. Copyright © 1996. Empresa Editorial Herder S.A.) ]

   

*¿Qué tipo de preparación tiene un ajedrecista profesional?(Horas de entrenamiento, escuelas de ajedrez, técnicas...)

Depende mucho de la persona, de sus costumbres y del país de origen. Por término medio, un ajedrecista profesional que se dedica exclusivamente al ajedrez y vive de él, dedica de tres a seis horas diarias al estudio teórico del juego. Aparte está el tiempo dedicado a intercambiar impresiones e ideas con su entrenador o analista, y el destinado a la práctica de partidas amistosas de entrenamiento entre competiciones, para no perder forma. Estamos hablando de grandes maestros con cierta estabilidad y caché. Sin embargo, éstos son casos raros, incluso en España, a pesar de la gran cantidad de competiciones que hay cada año. La mayoría de maestros y grandes maestros se ven obligados a ir de torneo en torneo, negociando condiciones con los organizadores para que al menos les costeen el alojamiento, durmiendo donde pueden, para ganar premios en metálico que les permitan sobrevivir. En estas condiciones, que son las que padecen la mayoría de los profesionales del ajedrez, la preparación teórica es más bien escasa.  

  

*Al referirnos a un deporte minoritario, ¿son un colectivo olvidado por las instituciones o por el contrario se encuentran amparados por ayudas o subvenciones?

El ajedrez es un deporte olvidado por las instituciones y por la sociedad en general. Personas que se pasan seis horas sentados delante de un tablero para jugar una sola partida, no es algo demasiado atractivo para los tiempos que vivimos, en los que sólo parece importar la imagen, el escándalo y la superficialidad. Por eso, el ajedrecista, en cuanto supera el nivel de jugar partidas casuales con los amigos por puro placer y acude a clubes y torneos, pasa a ser un bicho raro.

Por otra parte, el público no iniciado cree que basta con pensar y anticipar jugadas para destacar en este juego, y que es sólo cuestión de práctica y de agilidad mental. Esto es radicalmente falso, ya que la cantidad de teoría escrita sobre ajedrez en distintos idiomas es enorme, siendo virtualmente imposible conocerla por completo y estar al tanto de todas las novedades. Ni siquiera los llamados súperGMs (como Kasparov, Karpov, Anand, Kramnik, etc.) pueden llegar a tanto. Por este motivo, el aficionado que se introduce en los difíciles senderos de este juego se ve absorbido progresivamente por él, debido a su gran complejidad, y le dedica cada vez más horas, apartándose de todo lo demás.

Además, y relacionado con lo anterior, es muy cierto que el ajedrecista hace poco por mejorar las condiciones en las que se mueve su deporte. Se limita a asistir a su club o torneo, jugar su partida y esforzarse por perfeccionar su técnica. Normalmente suele importarle poco el estado del local de juego. No se preocupa casi nada por las condiciones reales del ajedrez en nuestra sociedad y se repliega sobre sí mismo, por lo que tenemos un clásico círculo vicioso: el ajedrez recibe muy poco de las instituciones y los aficionados se esfuerzan poco por mejorar esta situación; las instituciones se dan cuenta de la pasividad de los aficionados -junto a su merecida fama de bichos raros y lo difícil que es vender un deporte así-, y el círculo se cierra.

En cuanto a las federaciones, lo normal es que éstas organicen torneos, pero son escasos y parcos en premios. Más bien son las federaciones y los federativos quienes viven de las cuotas que los afiliados pagan y de las subvenciones que reciben, que no llegan directamente al ajedrez de base. Esos maestros y grandes maestros a los que hemos aludido -los cuales malviven del ajedrez- logran sobrevivir gracias a los torneos que organizan diversas entidades (normalmente ayuntamientos con ocasión de fiestas locales, grandes empresas como la ONCE o entidades privadas), en los que las federaciones de ajedrez suelen están presentes sólo de forma testimonial. 

  

*¿Qué supone para el ajedrez español la celebración de la Olimpiada 2004 en nuestro país?

Debería ser una competición que se aprovechara para promocionar el ajedrez en España, por la publicidad y difusión que va a recibir. Sin embargo, creo que habría que dar una imagen del ajedrez -y del ajedrecista- más acorde con nuestros tiempos y más atractiva, para captar la atención del gran público y de posibles patrocinadores, que son muy necesarios. Si se sigue mostrando lo mismo, este deporte continuará en las mismas lamentables condiciones en que ahora está.

Por ejemplo, desde hace ya algunos meses, las dos facciones rivales que parece haber en el ajedrez español están intentando obtener beneficio privado de la futura celebración de la Olimpiada de Ajedrez 2004 y lanzándose acusaciones mutuas con el objetivo de desprestigiar al contrario. Ese es el otro gran problema: cada grupo se preocupa sólo por sus propios intereses, y no por la popularización y difusión de este deporte. Se trata de una situación que se ha repetido infinidad de veces, a nivel mundial y nacional, que quizás pueda explicarse por el excesivo individualismo del ajedrecista -y su egoísmo psicológico, tema que merecería una investigación científica seria- y por el hecho de que, al haber poco dinero en juego, todos intentan acapararlo.

   

 

 

 

 
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